Estudios anteriores ya habían sugerido la idea de que las
personas que comen mucha fibra tienen un menor riesgo de sufrir enfermedades
cardíacas. Ahora, una nueva investigación resuelve que el aumentar el consumo
de fibra en la dieta tras sufrir un ataque al corazón puede prolongar su
supervivencia.
El estudio,
desarrollado por un equipo de investigadores de la Harvard School of Public
Health (EEUU), analizó los datos de 2.258 mujeres y 1.840 hombres que
sobrevivieron a un primer infarto de miocardio, cuyo seguimiento se realizó
durante casi 9 años tras este episodio. En el transcurso del experimento,
fallecieron 682 mujeres y 451 hombres.
Los participantes
fueron divididos en cinco grupos según la cantidad de fibra que solían ingerir
tras su ataque al corazón. El primer grupo, el que consumió más fibra, tuvo una
probabilidad un 25% más baja de morir por cualquier causa en los 9 años de
seguimiento, que los que formaban el grupo que tomaba menos cantidad de fibra.
Además, de entre todos los tipos de fibras existentes, la fibra contenida en
los cereales fue asociada a una mayor probabilidad de supervivencia a largo
plazo tras un ataque al corazón.
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