Gracias al exoesqueleto de la imagen, el próximo gol en
hacer historia podría ser conocido como "el pie de Dios", ya que, para
los más devotos, la ingeniería biónica, que busca integrar al hombre y la
máquina, juega a ser Dios. Se trata de una prótesis controlada por la actividad
cerebral que permitirá a un joven parapléjico sin movilidad en sus extremidades
inferiores, andar a través del campo de fútbol y chutar el balón para inaugurar
el Mundial de Fútbol del próximo mes de junio.
“Camina de nuevo” es el nombre del ambicioso proyecto
dirigido por Miguel Nicolelis, uno de los 20 científicos más prestigiosos del
mundo según la revista Scientific American, e iniciado en 2008, cuando el
investigador logró hacer caminar a un robot bípedo transmitiéndole las señales
cerebrales de un mono a través de Internet. En esta ocasión, Nicolelis
pretendía implantar electrodos en el cerebro del discapacitado para manipular
el robot, pero finalmente optó por la electroencefalografía, una tecnología más
imprecisa pero también más accesible. El exoesqueleto se conecta con un sistema
de electrodos cerebrales situado sobre la cabeza, capaz de captar las señales
eléctricas de las neuronas y transformarlas en impulsos eléctricos que
desencadenen el movimiento deseado, que en este caso será el de levantarse,
caminar y golpear el balón para hacer el llamado "saque de honor".
Uno de los ocho
discapacitados que han testado el exoesqueleto mediante realidad virtual será
el elegido para llevar a cabo esta proeza de la neuroingeniería. Nicolelis está
convencido de que la robótica y las prótesis no tardarán en derribar las
barreras que afrontan los pacientes amputados, con daño medular o cualquier
otro déficit motor o sensorial. "Será como poner un hombre en la luna,
conquistar un nivel de osadía e innovación que la gente no está acostumbrada a
asociar con Brasil", en palabras del científico.
La comunidad científica se muestra, sin embargo,
escéptica ante las pretensiones del proyecto, ya que el resto de
investigaciones basadas también en la electroencefalografía han conseguido
únicamente poner en marcha y detener las prótesis, y que estas siguieran una trayectoria
preprogramada, lo que dista bastante del concepto de control mental
publicitado. De ser así, las voces más críticas sostienen que, dado el contexto
en el que se presenta, no se trata tanto de un hito científico como de una
estrategia promocional de la investigación del país. De cualquier forma, e
independientemente de su relevancia técnica, se trata de una iniciativa
prometedora para reconciliar a científicos e hinchas frente al televisor.
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