Big Bang, hace unos 13.800 millones de años. El Universo
era un recién nacido extremadamente caliente y denso que comenzaba a expandirse
después de la gran explosión que formó los primeros átomos. Pero a diferencia
del Cosmos que conocemos hoy, los únicos elementos que había eran los más
ligeros, el hidrógeno y el helio, los dos primeros de la tabla periódica de la
Química. Pero eran suficientes para formar las primeras estrellas, aún
gaseosas. Marea pensar que algún astro primigenio haya podido navegar en la
inmensidad del tiempo astronómico para llegar a nuestros días tal y como se
formaron instantes después del Big Bang. Pero así es. Un grupo de arqueólogos
de estrellas, ha excavado los confines del Cosmos hasta encontrar un astro de
hace más de 13.000 millones de años: la estrella más antigua del Universo.
Todo parecía haberse esfumado bajo las llamas a
principios de 2003. Aquel verano austral, un incendio forestal iniciado cerca
de Canberra arrasó cinco telescopios del Observatorio del Monte Stromlo y con
ellos el programa estrella que permitía a Australia soñar con convertirse en
líder de la Astronomía mundial. Las pérdidas se cuantificaron en más de 20
millones de euros. Pero el daño científico trascendía lo económico. Sin
embargo, tras la desolación de aquel aciago año, resurgieron nuevos programas y
nuevos instrumentos. De hecho, el Sky Mapper, el telescopio que sustituyó al
histórico y carbonizado Telescopio Gran Melbourne, ha sido la herramienta
utilizada por los arqueólogos de estrellas -los astrofísicos dedicados a la
búsqueda de astros primigenios- para localizar la estrella más antigua
encontrada hasta la fecha.
El hallazgo ha supuesto un éxito rotundo, pero el reto
intelectual que tienen ante sí estos excavadores de galaxias tiene unas
implicaciones científicas mayúsculas. Tanto Stefan Keller, investigador del
Observatorio del Monte Stromlo y autor principal de la investigación publicada
en Nature, como sus colegas esperan poder estudiar a partir de esta estrella
cómo era el Universo en los primeros instantes tras el Big Bang y cómo han
evolucionado las estrellas y la materia hasta el Cosmos moderno.
A pesar de que las estrellas primigenias estaban formadas
tan sólo por hidrógeno y helio, todos los elementos químicos son creados en las
estrellas. En aquel Universo recién nacido, los astros eran nebulosas formadas
por estos dos ingredientes (más trazas de litio, el tercer elemento de la tabla
periódica), pero algunas de ellas llegaban a ser muy grandes, muy masivas. «Con
una masa aproximada de ocho veces la del Sol, una estrella explota y se
convierte en una supernova», explica Anna Frebel, investigadora del
Massachusetts Institute of Technology (EEUU) y coautora del trabajo. «Las
estrellas masivas, duran poco. Las pequeñas duran mucho tiempo», dice.
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