Después de los acontecimientos extraordinarios asociados
al Big Bang (la explosión con la que nació el universo), comenzó la evolución
química de éste, sostenida sobre todo en la formación y destrucción de
estrellas. En un intento por conocer mejor cómo fueron las primeras fases de
esa evolución química en los primeros cientos de millones de años de historia
del universo, unos investigadores se han valido de algunas de las
supercomputadoras más potentes del mundo para simular esa evolución.
Milos Milosavljevic, Chalence Safranek-Shrader y Volker
Bromm, de la Universidad de Texas en la ciudad estadounidense de Austin,
emplearon, entre otras, las supercomputadoras Stampede, Lonestar y Ranger,
instaladas en el Centro de Computación Avanzada de Texas (TACC), dependiente de
la citada universidad.
Los resultados de esos cálculos han permitido obtener
reconstrucciones más precisas y fiables de cómo se formaron las primeras
galaxias, y en particular, cómo, dentro de los viveros estelares, los elementos
más pesados que el hidrógeno y el helio influyeron sobre las características de
las estrellas de las primeras galaxias.
Al principio de su evolución química, el universo
constaba esencialmente de hidrógeno y helio. A partir de la formación de las
primeras estrellas, la fusión nuclear en éstas comenzó a crear cantidades
significativas de otros elementos, y las explosiones en forma de supernova de
algunas de las estrellas empezaron a su vez a esparcir dichos elementos por el
cosmos.
Cantidades apreciables de elementos que se crearon
gracias a la primera generación de estrellas acabaron concentrándose en los
campos gravitatorios de los halos de materia oscura, donde formarían la segunda
generación de estrellas.
Sin embargo, esa primera "siembra" de elementos
químicos por la acción de supernovas no condujo a una mezcla uniforme de los
mismos en el espacio.
Efectos sutiles gobernaron la evolución de las galaxias
tempranas. Algunas estrellas que se formaron eran ricas en elementos más
pesados que el hidrógeno y el helio, mientras que otras eran pobres en tales
elementos pesados.
Otro factor que influyó en la evolución de las galaxias
fue cómo emergieron los elementos más pesados a partir del estallido estelar
que los originó. En vez de una explosión limpia que arrojase materia por igual
en todas direcciones, las supernovas expulsaban grumos de elementos pesados, a
modo de ráfagas. Eso contribuyó a determinar su distribución por el universo.
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