Los primogénitos tienen más probabilidades de tener un
IMC (Indice de Masa Corporal) mayor y menor sensibilidad a la insulina, según
un estudio realizado por la Universidad de Auckland y publicado en la revista
Nature, en el que se analizaron las historias de 50 hombres con sobrepeso.
La investigación
trata de arrojar luz sobre los posibles efectos en la descendencia de nuestros
hábitos de vida a largo plazo.
Las evidencias
sugieren que el orden de nacimiento puede influenciar el metabolismo y la
composición del cuerpo, desde la infancia hasta la edad adulta temprana, pero
el impacto potencial de nacer primogénitos o los segundos hijos en la mediana
edad permanece sin aclarar.
El estudio abarcó
el análisis de 50 hombres saludables aunque con sobrepeso (con un IMC de más de
27) con edades comprendidas entre los 40 y los 50 años; 26 primogénitos y 24
segundos hijos.
Los resultados
clínicos concluyeron que los primogénitos pesaban 6,9 kgs más que los segundos
hijos y tenían un IMC de 29,1 frente al 27,5 del grupo de los segundos hijos.
La investigación
ofrece una amplia evaluación de los posibles efectos del orden de nacimiento en
la salud metabólica, aclarando que los primogénitos adultos pueden tener un
mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares y metabólicas que los siguientes
en la descendencia.
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