jueves, 23 de enero de 2014

Descubierto el primer agujero negro que orbita una estrella ‘peonza'

En teoría debían existir en el universo, pero nadie había sido capaz de encontrar una. Sin embargo, ahora un equipo de investigadores españolas ha localizado el primer sistema binario formado por un agujero negro y una estrella ‘peonza’, según acaba de aparecer publicado en la revista científica Nature.
 Pero, ¿qué es exactamente una estrella ‘peonza’? En nuestra galaxia se conocen más de  80 estrellas Be (las conocidas como estrellas ‘peonza’) formando sistemas binarios junto a estrellas de neutrones. Como explica Jorge Casares, del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) y Universidad de La Laguna (ULL) y uno de los descubridores “su particularidad es su elevada fuerza centrífuga, giran sobre sí mismas a una velocidad muy alta, cercana a su límite de rotura, como si fuesen peonzas cósmicas”. Es el caso de esta estrella, conocida como MWC 656, que se encuentra en la constelación de Lacerta (el Lagarto) a 8.500 años luz de la Tierra y cuya superficie gira a más de un millón de kilómetros por hora.
 Los investigadores comenzaron a estudiar esta estrella en el año 2010, cuando se detectó emisión transitoria de rayos gamma que parecía provenir de la misma. “No se volvió a observar más emisión gamma, pero descubrimos que formaba parte de un sistema binario” explica Marc Ribó, del Institut de Ciències del Cosmos (ICC) de la Universitat de Barcelona.
 Analizando detalladamente el espectro de las emisiones los investigadores obtuvieron los datos del acompañante de la estrella en este sistema binario. Su densidad era extraordinariamente alta (entre 3,8 y 6,9 veces la masa solar) lo que, teniendo en cuenta que no es visible, solo podía ser un agujero negro, apuntan los investigadores.
 Los científicos creen que no se trata de un hecho aislado en el universo, sino que podrían existir muchos más sistemas binarios de este tipo. Como apunta Jorge Casares, uno de los investigadores implicados en el estudio, “pensamos que estos sistemas son mucho más abundantes pero difíciles de detectar, ya que los agujeros negros se alimentan del gas expulsado por la estrella Be de forma ‘silenciosa’, es decir, sin emitir mucha radiación. Esperamos poder confirmar este hecho con la detección de otros sistemas en la Vía Láctea y en galaxias cercanas con telescopios de mayor diámetro, como el Gran Telescopio de Canarias”.

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