La secuencia más completa hasta la fecha del genoma del
neandertal, usando ADN extraído de materia ósea de un dedo de un pie de una
mujer que vivió hace 50.000 años, revela una larga historia de mestizaje entre
por lo menos cuatro tipos diferentes de humanos que poblaron Europa y Asia en
tiempos pretéritos.
El equipo internacional de antropólogos y genetistas
formado, entre otros, por Montgomery Slatkin, Fernando Racimo y Flora Jay de la
Universidad de California en Berkeley, y Svante Pääbo del Instituto Max Planck
de Antropología Evolutiva en Leipzig, Alemania, obtuvo una secuencia de alta
calidad del genoma neandertal y la comparó con los genomas de los humanos
modernos y un grupo de humanos primitivos, cuya existencia se conoce solo desde
hace unos pocos años y a los que se denomina Homínidos de la Caverna Denisova.
La comparación muestra que los neandertales y los
homínidos de Denisova están íntimamente relacionados, y que su antepasado común
se separó evolutivamente de los ancestros de los humanos modernos hace unos
400.000 años. Los neandertales y los homínidos de Denisova se separaron
evolutivamente hace unos 300.000 años.
Aunque denisovanos y neandertales finalmente se
extinguieron, dejaron vestigios duraderos de su herencia genética, ya que de
vez en cuando se cruzaron con humanos anatómicamente modernos y tuvieron
descendencia conjunta. El equipo de investigación estima que entre el 1,5 y el
2,1 por ciento de los genomas de los humanos modernos no africanos se remonta a
los neandertales.
Los denisovanos también dejaron rastros genéticos en los
humanos modernos, aunque sólo en algunas poblaciones de Oceanía y Asia. Los
genomas de los aborígenes de Australia, Nueva Guinea y algunas islas del
Pacífico cuentan en aproximadamente un 6 por ciento con genes denisovanos, de
acuerdo con estudios anteriores. El nuevo análisis indica que los genomas de la
etnia Han de China y otras poblaciones del continente asiático, así como
también de los nativos americanos, contienen, en una proporción de alrededor
del 0,2 por ciento, genes denisovanos.
Las comparaciones entre genomas también muestran que los
homínidos de Denisova tuvieron descendencia conjunta con un misterioso cuarto
grupo de seres humanos primitivos que vivían asimismo en Eurasia en aquellos
tiempos. Ese grupo se separó evolutivamente de los demás hace más de un millón
de años, y quizá se trate del grupo de los antepasados humanos conocidos como
Homo erectus, que, a juzgar por los fósiles hallados en diversas excavaciones,
vivía en Europa y Asia hace un millón de años o más.
También se ha descubierto que la mujer neandertal de cuyo
hueso del dedo del pie se extrajo el ADN tenía un patrón de escasez de
variación genética que denota un alto grado de endogamia. El genoma de la mujer
indica que ella era hija de un padre y una madre con un grado elevado de
parentesco biológico o consanguinidad entre ambos. El padre y la madre puede
que fuesen medio hermanos (concretamente hijos de distinto padre pero de una
misma madre), o bien eran tío y sobrina, o tía y sobrino, o abuelo/a y nieto/a,
o primos dobles en primer grado (descendientes de dos hermanos/as que formaron
parejas con dos personas que a su vez también eran hermanos/as entre ellas).
Como parte de este nuevo estudio, Racimo fue capaz de
identificar al menos 87 genes específicos en los humanos modernos, que son
significativamente diferentes de los genes equivalentes en los neandertales y
en los homínidos de la caverna Denisova. Este conjunto de genes distintivos
puede que acabe aportando pistas decisivas sobre las diferencias de
comportamiento que a los humanos anatómicamente modernos nos distinguen de las
poblaciones de humanos primitivos que se extinguieron.
No hay comentarios:
Publicar un comentario