martes, 14 de enero de 2014

Detecciones de parentesco humano con neandertales, homínidos de la Caverna Denisova y un grupo misterioso

La secuencia más completa hasta la fecha del genoma del neandertal, usando ADN extraído de materia ósea de un dedo de un pie de una mujer que vivió hace 50.000 años, revela una larga historia de mestizaje entre por lo menos cuatro tipos diferentes de humanos que poblaron Europa y Asia en tiempos pretéritos.
[Img #17634]El equipo internacional de antropólogos y genetistas formado, entre otros, por Montgomery Slatkin, Fernando Racimo y Flora Jay de la Universidad de California en Berkeley, y Svante Pääbo del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva en Leipzig, Alemania, obtuvo una secuencia de alta calidad del genoma neandertal y la comparó con los genomas de los humanos modernos y un grupo de humanos primitivos, cuya existencia se conoce solo desde hace unos pocos años y a los que se denomina Homínidos de la Caverna Denisova.
La comparación muestra que los neandertales y los homínidos de Denisova están íntimamente relacionados, y que su antepasado común se separó evolutivamente de los ancestros de los humanos modernos hace unos 400.000 años. Los neandertales y los homínidos de Denisova se separaron evolutivamente hace unos 300.000 años.
Aunque denisovanos y neandertales finalmente se extinguieron, dejaron vestigios duraderos de su herencia genética, ya que de vez en cuando se cruzaron con humanos anatómicamente modernos y tuvieron descendencia conjunta. El equipo de investigación estima que entre el 1,5 y el 2,1 por ciento de los genomas de los humanos modernos no africanos se remonta a los neandertales.
Los denisovanos también dejaron rastros genéticos en los humanos modernos, aunque sólo en algunas poblaciones de Oceanía y Asia. Los genomas de los aborígenes de Australia, Nueva Guinea y algunas islas del Pacífico cuentan en aproximadamente un 6 por ciento con genes denisovanos, de acuerdo con estudios anteriores. El nuevo análisis indica que los genomas de la etnia Han de China y otras poblaciones del continente asiático, así como también de los nativos americanos, contienen, en una proporción de alrededor del 0,2 por ciento, genes denisovanos.
Las comparaciones entre genomas también muestran que los homínidos de Denisova tuvieron descendencia conjunta con un misterioso cuarto grupo de seres humanos primitivos que vivían asimismo en Eurasia en aquellos tiempos. Ese grupo se separó evolutivamente de los demás hace más de un millón de años, y quizá se trate del grupo de los antepasados humanos conocidos como Homo erectus, que, a juzgar por los fósiles hallados en diversas excavaciones, vivía en Europa y Asia hace un millón de años o más.
También se ha descubierto que la mujer neandertal de cuyo hueso del dedo del pie se extrajo el ADN tenía un patrón de escasez de variación genética que denota un alto grado de endogamia. El genoma de la mujer indica que ella era hija de un padre y una madre con un grado elevado de parentesco biológico o consanguinidad entre ambos. El padre y la madre puede que fuesen medio hermanos (concretamente hijos de distinto padre pero de una misma madre), o bien eran tío y sobrina, o tía y sobrino, o abuelo/a y nieto/a, o primos dobles en primer grado (descendientes de dos hermanos/as que formaron parejas con dos personas que a su vez también eran hermanos/as entre ellas).
Como parte de este nuevo estudio, Racimo fue capaz de identificar al menos 87 genes específicos en los humanos modernos, que son significativamente diferentes de los genes equivalentes en los neandertales y en los homínidos de la caverna Denisova. Este conjunto de genes distintivos puede que acabe aportando pistas decisivas sobre las diferencias de comportamiento que a los humanos anatómicamente modernos nos distinguen de las poblaciones de humanos primitivos que se extinguieron.


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