Cada vez más ciclistas, gimnastas, futbolistas y otros
deportistas de secano completan sus entrenamientos con sesiones en el agua.
Profesionales y aficionados practican ejercicios en el medio acuático para
alcanzar el santo grial del atleta: maximizar el rendimiento y minimizar el
riesgo de sufrir lesiones. Antes de describir los beneficios concretos de esta
práctica conviene detenerse en el denominado principio de la variedad de
estímulos, una de las teorías básicas de la preparación deportiva. Mejorar nuestra
forma física exige aplicar las cargas adecuadas de entrenamiento al cuerpo,
estresarlo y someterlo a una fatiga –sin agotarlo– que lo obligue a adaptarse
de la única manera posible, para incrementar su rendimiento. Sin embargo,
nuestro organismo se amolda rápidamente a ello, y necesita estímulos nuevos
para progresar. Aquí es donde entra el agua, un medio extraño para el cuerpo,
al que este responde desarrollando adaptaciones diferentes que lo fortalecen.
Además, la monotonía perjudica a la motivación. Por eso, los entrenamientos en
el agua, ajustados a cada especialidad deportiva, ayudan a diversificar los
ejercicios, con un resultado positivo para la forma física y mental.
Los efectos
beneficiosos constatables son muchos. Para empezar, en el agua disminuye la
intensidad de los impactos que soportan las articulaciones durante los
entrenamientos. Así, se mejora la recuperación de las lesiones y se reduce
considerablemente la posibilidad de sufrirlas. Por otro lado, en este entorno
aumenta la resistencia: por ejemplo, si elevamos una pierna en seco, solo
encontramos oposición al alzarla. En una piscina, se dobla el trabajo, ya que
también necesitamos los músculos para bajarla contra la resistencia que ejerce
el líquido elemento. En resumen: entrenar en el agua no solo es una experiencia
refrescante; también corremos menos peligro de lesionarnos y aumentamos nuestra
fuerza, resistencia y flexibilidad. Y las buenas noticias no acaban ahí, pues
no solo mejora nuestra circulación y la termorregulación del organismo, sino
que cualquiera puede hacerlo, al margen de su edad y condición física.
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