Los viajes a través de diversos husos horarios de la
Tierra provocan el conocido jet lag, que causa malestar y perdida de atención
por una falta de sincronización entre el ritmo biológico circadiano de cada
persona y su tiempo de actividad. Ahora científicos de la Universidad de
Michigan (EE UU) plantean una solución.
Los investigadores publican esta semana en la revista
PLOS Computational Biology un estudio donde proponen los horarios de exposición
a la luz que hay que seguir para corregir los desajustes del reloj interno en
el menor tiempo posible.
"Superar el jet lag es fundamentalmente un problema
matemático y hemos calculado la forma óptima de hacerlo", explica Danny
Forger, uno de los autores. “No somos los primeros en aconsejar sobre esto,
pero nuestras predicciones ofrecen las mejores y más rápidas formas matemáticos
para las diferentes zonas horarias".
Los autores han
calculado los horarios óptimos a seguir para miles de situaciones diferentes,
según el nivel de perturbación circadiana y de acuerdo a factores como la
longitud del desplazamiento o la cantidad de luz. Los resultados se han
plasmado en una aplicación para Iphone llamada Entrain, y la retroalimentación
con los usuarios va a servir para la versión de sistemas Android.
Olivia Walch, una de las investigadoras que ha
participado en su desarrollado, pone a Sinc un ejemplo: “Supongamos una persona
que viaja de Madrid a Nueva York. Intervienen diversas variables, pero partimos
de que normalmente en Madrid esté con luz brillante interior entre las 07:00-23:00h y que cuando llega a Nueva York sea capaz de
estar en situaciones de alta luminosidad (10.000 lux, como la luz del día o de
una lámpara muy brillante) .
Según la investigadora, para que el viajero ajuste su
ritmo circadiano lo antes posible debe estar en oscuridad el primer día hasta
las 17:50 (hora de Nueva York), y luego exponerse a la luz brillante hasta las
01:10h del día siguiente. En ese momento hay que volver a permanecer en
oscuridad hasta las 18:40. Después se vuelve a ‘encender la luz’ hasta las
02:00h del día posterior, y luego estar otra vez estar sin ella hasta las
19:15h.
Según los cálculos, el reloj interno del viajero
completaría su ajuste dos horas más tarde, y a partir de ese momento la persona
ya habría adaptado su ritmo circadiano a su nuevo ambiente neoyorkino.
“Este caso es uno de los más difíciles de seguir, ya que
el programa te pide estar en oscuridad durante gran parte del día”, reconoce
Walch, “pero si no puedes cumplir las recomendaciones exactamente, lo indicas
en la aplicación y esta se actualiza”.
Según los autores, este estudio proporciona ideas para
ayudar a mejorar la salud y calidad de vida de los pilotos y personal de vuelo,
así como los empleados que trabajan en turnos de trabajo distintos, que solo en
EE UU constituyen más del 10% del personal laboral.
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