Identificar las causas de las perturbaciones en las
superficies boscosas, las relaciones entre las dinámicas forestales y el
bienestar social, o el alcance de las políticas medioambientales son algunos de
los temas que a partir de ahora se valorarán con mayor precisión.
El estudio confirma que un total de 2,3 millones de
kilómetros cuadrados de bosque se han perdido, frente a los 800.000 kilómetros
cuadrados que se han ganado. Si se hacen cuentas, ello supone que hay 1,5
millones de kilómetros cuadrados menos de superficie forestal que hace una
década aproximadamente. Estas áreas, advierten los conservacionistas, son
particularmente importantes para salvaguardar la biodiversidad, pues albergan
buena parte de las aves, anfibios y mamíferos amenazadas en el planeta.
Indonesia registra las tasas de pérdida de masa forestal
más altas (1021 kilómetros cuadrados por año), motivo por el que ocupa el
tercer puesto en países que más emiten más gases de efecto invernadero, detrás
de China y Estados Unidos. Aún es pronto para conocer la eficacia de su
reciente compromiso, instituido en 2011, para detener la destrucción forestal.
En el lado opuesto se sitúa Brasil, históricamente el
mayor responsable de la deforestación tropical mundial, al convertirse en la
región con la mayor disminución en la pérdida anual forestal. Los autores del
estudio insisten en el ejemplo brasileño por ser la prueba irrefutable de que
con unas políticas verdaderamente interesadas en corregir los comportamientos
irrespetuosos con los bosques pueden subsanar las tendencias negativas. En este
sentido, también se lamentan de que organismos como el Programa para la
Reducción de Emisiones por Deforestación de la ONU (REDD, en sus siglas en
inglés) carezca de la inversión y capacidad científica necesarias, es decir,
que la política esté mucho más adelantada que sus capacidades operativas.
La silvicultura (es decir, el cultivo de los bosques o
monte) es una de las principales causas de deforestación en noroeste de los
Estados Unidos, igual que los europeos de Estonia y Letonia. Pero el factor
humano no es siempre el mayor responsable: incendios (los provocados por causas
naturales), tormentas de viento y ciclones también causan importantes pérdidas
en países como Portugal o Francia.
El análisis de los datos del satélite se hizo posible
gracias a la colaboración de Google Earth Engine que puso en práctica los
modelos desarrollados por la UMD para la caracterización de los conjuntos de
datos del satélite Landsat 7.
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