martes, 5 de noviembre de 2013

Nueva técnica capaz de formar recuerdos en el cerebro mediante modificaciones directas en éste

En otro avance más dentro del naciente campo de la implantación artificial de recuerdos, un equipo de neurobiólogos, estudiando cómo se forman los recuerdos naturales, ha conseguido crear recuerdos nuevos y de contenido bien específico, a partir de experiencias reales, recurriendo para su formación a la manipulación directa del cerebro.
Ni el objetivo que se persigue con esta nueva técnica ni el grado de sofisticación de ésta discurren en la dirección de las técnicas ficticias presentadas en novelas y películas de ciencia-ficción como por ejemplo la célebre "Total Recall". En esa película de ciencia-ficción, una empresa convierte en recuerdos los sueños más anhelados de los clientes; lo más parecido a hacer realidad esos sueños; si alguien desea viajar a Marte, tendrá recuerdos de haberlo hecho, tan intensos y detallados como si lo hubiera vivido de verdad.
El objetivo de la nueva técnica es resolver problemas de memoria y de aprendizaje, algo muy necesario y que potencialmente podría mejorar mucho la calidad de vida de las personas con problemas de esa clase.
La técnica es fruto de la labor de investigación y desarrollo del equipo de Norman Weinberger, Alexandre A. Miasnikov y Kasia Bieszczad, de la Universidad de California en Irvine.
En experimentos recientes, el grupo ha mostrado que es viable crear recuerdos nuevos y específicos mediante un tipo de alteración directa de células cerebrales en la corteza cerebral. Que se sepa, ésta es la primera evidencia de que mediante esta clase de manipulación directa de la corteza se pueden grabar recuerdos en el cerebro.
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Lo que se pretende con esta técnica no es implantar recuerdos falsos, sino asegurar que se forma un recuerdo de aquello que se considere importante recordar. De manera natural, podemos recordar cosas; esa es la base del aprendizaje. Pero también olvidamos muchas cosas que querríamos recordar. Y la situación es más grave para algunas personas con ciertas carencias. La técnica del equipo de Weinberger podría remediar el problema o al menos mitigarlo. El concepto, probado en roedores, consiste en que cuando se está percibiendo sensorialmente aquello de lo que se desea forjar un recuerdo, hay que estimular la actividad de una región cerebral conocida como núcleo basal de Meyner, liberándose así acetilcolina, una sustancia química que interviene de manera decisiva en la formación de recuerdos. Este procedimiento incrementa la cantidad de células cerebrales que participarán en la conservación del recuerdo. En líneas generales, a mayor cantidad de neuronas, mejor se afianza el recuerdo.
Los recuerdos creados con la ayuda de este proceso artificial tienen las mismas características que los recuerdos naturales, y son igual de duraderos.


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