En entornos ruidosos en los que es difícil hablar y que
al mismo tiempo son escenario de muchas interacciones sociales, el lenguaje
corporal es fundamental.
Como un modo de profundizar en los mecanismos de
adquisición de esta habilidad, y explorar hasta qué punto es posible dotar de
esta capacidad a un robot para que pueda valerse de ella en situaciones de
emergencia, un equipo de investigadores de
la Universidad de Bielefeld en Alemania, y otras instituciones europeas,
trabaja en el desarrollo de un robot llamado James (por las siglas del inglés
"Joint Action in Multimodal Embodied Systems")
El Grupo de Investigación Psicolingüística de Jan De
Ruiter, de la citada universidad, observó de manera muy detallada cómo el
lenguaje corporal de la persona que potencialmente puede pedir una bebida ayuda
a los camareros a reconocer la petición y a identificar mejor qué desea que le
preparen. Después de un análisis minucioso a cargo de Sebastian Loth, Kerstin
Huth y De Ruiter, la información final extraída de dicho análisis se introdujo
en la memoria de un prototipo del robot James, al que, como prueba para
demostrar su habilidad, se le ha encomendado la tarea de ejercer de barman.
La cabeza de James es un ordenador tableta que muestra
unos ojos grandes y cómicos que pueden establecer contacto visual con los
clientes del bar. Además, su boca se mueve en sincronía con el habla. James
posee un solo brazo, y su torso está fijado detrás de la barra. James acepta
pedidos de bebidas, y sirve éstas asiendo vasos y botellas con su brazo,
provisto de una mano con cuatro dedos.
El proyecto está orientado a lograr un nivel de progreso
en James que le capacite para entender el lenguaje corporal humano tan bien
como las personas más capacitadas.
A fin de reaccionar apropiadamente ante sus clientes
potenciales, el robot debe ser capaz de reconocer muy bien el lenguaje corporal
asociado al comportamiento social humano, tal como explica el profesor De
Ruiter.
James debería ser capaz de comprender a usuarios que no
lo conocen y a los que no se ha dado ninguna información sobre cómo deben
tratar a James para que les entienda y les haga caso. Además, en un ambiente
ruidoso como una discoteca o local similar, James no puede valerse de su
capacidad de comprensión del lenguaje verbal tan bien como lo haría en un
entorno donde cada persona que le hablase lo hiciera estando las demás calladas
y sin haber ruidos ambientales.
Ante esta limitación de tener que operar en un bar o discoteca,
el robot ensaya en condiciones reales su capacidad de interpretar el lenguaje
corporal humano.
Actualmente, el equipo de científicos está trabajando
sobre la capacidad del robot de reconocer cuándo una persona está intentando
atraer su atención.
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