Mapa gravitatorio elaborado por datos del GOCE |
Tres cuartas partes del satélite de observación de la
Tierra GOCE se han desintegrado durante su reentrada en la atmósfera.
Aproximadamente el 25% de la nave, de unos 1.100 kilogramos, ha caído en el
océano durante la pasada madrugada, como habían previsto, sin que
afortunadamente se registraran daños.
Y es que durante algunas semanas hubo una cierta
inquietud en la Agencia Espacial Europea (ESA) sobre dónde impactarían los
restos de basura espacial procedentes de esta nave, que tenía una longitud de
5,3 metros y un metro de diámetro. Se quedó sin combustible el pasado 21 de
octubre, como estaba programado, y durante las tres últimas semanas ha ido
descendiendo de altitud hasta alcanzar la atmósfera terrestre.
Según ha informado la ESA, entre 100 y 150 toneladas de
basura espacial vuelve a entrar en la atmósfera cada año. Desde que se lanzó el
primer satélite (hace 56 años) se estima que 15.000 toneladas de chatarra
espacial han regresado a la Tierra sin que se hayan registrado ningún herido por
la caída de estas piezas.
Terminada su labor, es hora de hacer balance de la misión
de GOCE (Gravity field and steady-state Ocean Circulation Explorer), que ha
contado con un presupuesto de 350 millones de euros. Gracias a los datos
recabados por esta sonda, que orbitaba a sólo 260 kilómetros de altura, los
científicos han podido elaborar el mapa gravitacional de la Tierra más completo
y con mejor resolución obtenido hasta ahora (el que se muestra en la imagen de
la derecha) y les ha permitido estudiar la frontera entre el manto y la corteza
terrestre (denominada Moho).
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