miércoles, 13 de noviembre de 2013

Una gigantesca nube de hidrógeno chocará contra la Vía Láctea

La Nube Smith es una serpiente gigante de hidrógeno que se encuentra en rumbo de colisión con la Vía Láctea.
Si bien las nubes de alta velocidad (CHV) como esta deberían desintegrarse cuando chocan con los discos de las galaxias de acuerdo a las leyes físicas, muchas veces continúan intactas. ¿A qué se debe esta supervivencia? Un grupo de científicos ha descubierto un campo magnético de fuerza en lo más profundo de Smith que sería la clave para resolver este misterio.
Los astrónomos, utilizando el telescopio Karl G. Jansky Very Large Array (VLA) de la Fundación Nacional de Ciencia y el Robert C. Byrd Green Bank Telescope (GBT), han descubierto que este campo magnético puede protegerla cuando impacte con nuestra galaxia, evento que ocurrirá dentro de unos 30 millones de años.
La Gran Nube de Smith se precipita hacia la Vía Láctea a más de 150 kilómetros por segundos y cuando impacte, los astrónomos creen que supondrá el inicio de un espectacular estallido de nuevas estrellas, aunque primero debe sobrevivir a la colisión, a toda velocidad, contra el  halo de gas caliente ionizado que rodea la Vía Láctea.
“La atmósfera galáctica provoca que estas nubes de hidrógeno alcancen temperaturas superiores al millón de grados, lo que debería destruirlas antes de que llegaran al disco, donde se forman la mayoría de las estrellas. Pero no es así", comentó Alex Hill, astrónomo de la Comunidad Científica de Australia y de la Organización de Investigación Industrial (CSIRO).
Muchos cientos de CHV recorren nuestra galaxia, pero sus obituarios rara vez son producidos por su interactuación con la galaxia. Esto ha llevado a los astrónomos a considerar que las CHV son los bloques de construcción sobrantes de la formación de la formación de las galaxias o los restos salpicados producidos en un choque intergaláctico de hace miles de millones de años.
"Ahora hay poderosas razones para creer que los campos magnéticos pueden evitar su "quema" en el halo galáctico al igual que le sucede a un meteorito cuando arde al entrar en la atmósfera de la Tierra”, dijo Hill.
La Gran Nube de Smith parece estar desprovista de estrellas, por lo que la única manera de observarla es con radiotelescopios extremadamente sensibles. Si fuera visible a simple vista, la Gran Nube de Smith cubriría casi tanto cielo como la constelación de Orión. Cuando la nube de Smith finalmente se fusione con la Vía Láctea , se podría producir un anillo brillante de estrellas similares al que hay relativamente cerca de nuestro Sol, conocido como el Cinturón de Gould.


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