Un grupo de científicos ha observado que los pacientes
con alzhéimer poseen elevados niveles de proteínas y polisacáridos de origen
fúngico en la sangre, lo que demuestra la existencia de micosis diseminadas en
estos pacientes.
“Además, el análisis directo de muestras de cerebro de
pacientes fallecidos indica de manera clara la existencia de proteínas
fúngicas, demostrando que existe invasión de hongos en el sistema nervioso
central”, declara Luis Carrasco, catedrático de Microbiología de la Universidad
Autónoma de Madrid (UAM), en España, y director del equipo responsable de la
investigación.
El trabajo, publicado en el Journal of Alzheimer’s
Disease, fue llevado a cabo por investigadores del Centro de Biología Molecular
Severo Ochoa (CBMSO), centro mixto UAM-CSIC, con la colaboración del Instituto
de Salud Carlos III.
En estudios anteriores el mismo equipo había demostrado
la existencia de infecciones fúngicas en pacientes con otras enfermedades
neurológicas, como algunas retinopatías y la esclerosis múltiple.
El análisis de ADN fúngico, realizado mediante la técnica
de PCR, sirvió a los investigadores para determinar las especies de hongos
presentes en las muestras de cerebro.
De este modo los expertos llegaron a la conclusión de que
existen diversas especies de hongos en un mismo paciente y que pueden variar de
un paciente a otro: “Esto está de acuerdo con la evolución y severidad de los
síntomas, que es muy variada”.
Para los investigadores estas evidencias sobre la
existencia de infecciones fúngicas en pacientes con la enfermedad de Alzheimer
abre un nuevo campo de investigación de la etiología de esta enfermedad.
“Estudios futuros en este sentido servirán para determinar el papel desempeñado
por las micosis diseminadas en la aparición y desarrollo del alzhéimer”,
detallan.
Entre las enfermedades neurodegenerativas, la enfermedad
de Alzheimer es una de las más graves, afectando fundamentalmente a personas de
edad avanzada. Los pacientes con esta patología presentan problemas cognitivos,
en algunos casos demencia, y en la mayoría existen deficiencias vasculares en
el sistema nervioso central. Sus causas son objeto de una intensa investigación
en muchos laboratorios de todo el mundo.
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