Un equipo de científicos del Centro Espacial Johnson en
Houston, y del Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL) en Pasadena,
California, ambos de la NASA, han encontrado evidencias de agua y marcas que
pudieron haber sido producidas por organismos biológicos en el pasado a lo
largo de un meteorito marciano encontrado en la Antártida. El hallazgo ha
reavivado el debate en la comunidad científica sobre la vida en Marte, pero los
investigadores, cautos, no descartan que esas grietas y microtúneles hayan sido
formadas por causas químicas no biológicas.
En 1996, un grupo de científicos liderados por Johnson
David McKay, Everett Gibson y Kathie Thomas-Keprta publicó un artículo en la
revista Science que anunciaba el descubrimiento de pruebas biogénicas
(producidas por un organismo biológico) en el meteorito Allan Hills 84001
(ALH84001), pruebas que han sido descartadas por otros investigadores que consideran
que, en realidad, estos restos pueden haber sido creados por reacciones
químicas sin implicar procesos biológicos.
Ahora, Gibson y sus colegas han estudiado un nuevo
meteorito marciano de 13,7 kilos conocido como Yamato 000593 (Y000593). Y, de nuevo,
el equipo, dirigido esta vez, por Lauren White, del JPL, cree que diferentes
estructuras y características de composición dentro de la roca recientemente
descubierta sugieren procesos biológicos que podrían haberse producido en Marte
cientos de millones de años atrás.
«Mientras que las misiones robóticas a Marte siguen
arrojando luz sobre la historia del planeta, las únicas muestras del Planeta
rojo disponibles para su estudio en la Tierra son los meteoritos marcianos»,
afirma White. «En la Tierra, podemos utilizar múltiples técnicas analíticas
para estudiar en profundidad los meteoritos y arrojar luz sobre la historia de
Marte».
Los análisis encontraron que la roca se formó hace
alrededor de 1.300 millones de años de un flujo de lava en Marte. Hace unos 12
millones de años, se produjo un impacto en el planeta que expulsó el meteorito
de la superficie. La roca viajó por el espacio hasta que cayó en la Antártida
hace unos 50.000 años.
La roca fue encontrada en el glaciar de Yamato en la
Antártida por una expedición japonesa de investigación en 2000. El meteorito
fue clasificado como marciano por la composición de los átomos de oxígeno
dentro de los minerales de silicato y los gases atmosféricos marcianos
atrapados.
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